martes, 15 de noviembre de 2016
El circo de las mariposas
Para el martes 22 se debe diseñar un guión musical basándonos en este cortometraje.
Tomando como referente el guión de Diarios de Motocicleta.
Reconocer Temas Generales y Temas Particulares, Músicas diegéticas, Músicas incidentales, Especificar instrumentación y relacionarlos con el guión narrativo.
Link al cortometraje
Tomando como referente el guión de Diarios de Motocicleta.
Reconocer Temas Generales y Temas Particulares, Músicas diegéticas, Músicas incidentales, Especificar instrumentación y relacionarlos con el guión narrativo.
Link al cortometraje
Spotting para diarios de motocicleta
viernes, 11 de noviembre de 2016
Composición escenográfica para el viernes 18 con nota
martes, 8 de noviembre de 2016
viernes, 28 de octubre de 2016
Ver para el viernes 4 "LOS LUNES AL SOL"
Analizando la rueda de Hevner en relación a las emociones y cómo los parámetros musicales dan cuenta de la sintomatología evocada por la música.
Aplicar en el análisis los "CÓDIGOS DE COLOCACIÓN".
El viernes 4 se harán preguntas respecto a la película lo que conllevará una evaluación que se sumará a la evaluación de la composición de los 8 fragmentos para cada una de las casas de la rueda de Hevner, más la composición para la imagen fija registrada por ustedes.
Los lunes al sol
Aplicar en el análisis los "CÓDIGOS DE COLOCACIÓN".
El viernes 4 se harán preguntas respecto a la película lo que conllevará una evaluación que se sumará a la evaluación de la composición de los 8 fragmentos para cada una de las casas de la rueda de Hevner, más la composición para la imagen fija registrada por ustedes.
Los lunes al sol
martes, 25 de octubre de 2016
Tarea para el 28
1.- Composición de solo melódico para cada una de las casa del círculo de Hevner. CORTO !!!!
2.- Composición musical de imagen capturada por ustedes, sin retoques. No usar pinturas.
2.- Composición musical de imagen capturada por ustedes, sin retoques. No usar pinturas.
Material música para cine
lunes, 3 de octubre de 2016
Peliculas para ver
Películas para ver:
La siguiente es una lista de películas que deben ver, la mayor cantidad posible.
Tienen horas de diversión !!!!
Deben verlas de manera CRÍTICA en relación a la música y su banda de efectos, bastaría.
Hay de todas las épocas y de varias latitudes.
Idealmente vayamos viendo de a una por semana:
- "Citizen Kane", Orson Welles (1941)
- "Casablanca", Michael Curtiz (1942)
- "La Strada", Federico Fellini (1954)
- "Psicosis", Alfred Hitchcock (1960)
- "Persona", Ingmar Bergman (1966)
- "2001: A Space Odyssey", Stanley Kubrick (1968)
- "El padrino", Ford Coppola (1972)
- "Apocalypse Now", Francis Ford Coppola (1979)
- "El Resplandor", Stanley Kubrick (1980)
- "Blade Runner", Ridley Scott (1982)
- "Terciopelo Azul", David Lynch (1986)
- "Silence of the Lambs", Jonathan Demme (1991)
- "Schindler’s List", Steven Spielberg (1993)
- "Pulp Fiction", Quentin Tarantino (1994)
- "Fight Club", David Fincher (1999)
- "Amores Perros", Alejandro Gonzalez Iñárritu (2000)
- "Mullholand drive", David Lynch (2001)
- "El eterno resplandor de una mente sin recuerdos", Michel Gondry (2004)
- "Machuca", Andrés Wood (2004)
- "Synecdoche New York", Charlie Kaufman (2008)
- "El secreto de sus ojos", Juan José Campanella (2009)
- "La teta asustada", de Claudia Llosa (2009)
lunes, 22 de agosto de 2016
7.- Valor de marca
El
valor de la marca (Brand value)
responde a la pregunta: ¿Qué te ha aportado el branding?
Perded toda esperanza de
conocer el valor económico real de una marca. Hasta que una marca no es vendida
o comprada, todo lo relativo a su valor monetario son especulaciones.
El
objetivo final del branding,
no es otro que multiplicar el valor de la marca. Un buen branding lo aumentará
y uno malo lo disminuirá, contribuyendo así de manera determinante al éxito o
fracaso de la marca. Por tanto, el valor de la marca es el resultado final de
todas las dimensiones que hemos estado viendo a lo largo de esta serie de posts
dedicados al branding, incluido el capital de marca (Brand
equity). Mientras el capital de marca, está basado en
factores psicológicos del consumidor, el valor de la marca, surge cuando estos
indicadores se traducen en ganancias financieras para la marca.
El valor de la marca es el beneficio financiero que una
organización obtiene como resultado de la fortaleza de su marca.
En el caso de muchas de las
más reconocidas marcas globales, su alto valor de marca es la razón por la que
sus organizaciones son valoradas en más de diez veces sus activos netos.
Asimismo, el valor de la marca explica porqué alguna compañías se venden hasta
por el 500% de su valor contable.
En
contabilidad, el valor de la marca puede presentase como un activo
intangible de la
compañía, o como parte de su fondo de comercio (Goodwill). Una marca formará
parte del fondo de comercio únicamente cuando no sea notoria ni reconocible,
pues el fondo de comercio recoge exclusivamente los beneficios económicos
futuros procedentes de activos que no han podido ser identificados
individualmente y reconocidos por separado.
El concepto y la práctica de
la valoración de marcas, siempre han sido temas controvertidos. Hasta hace
relativamente poco, las fuentes de los activos de una compañía eran vistas como
elementos tangibles tales como propiedades inmobiliarias, terrenos, maquinaria,
capital, recursos humanos, etc. Aunque existía una conciencia generalizada de
que los intangibles jugaban un papel importante en la marcha de los negocios,
no existían métodos para medir, cuantificar y vincular los beneficios de una
marca sobre los resultados de una compañía.
A principios de los 90, en
medio de la vorágine de fusiones y adquisiciones que marcó la época, se
hicieron latentes las estratosféricas divergencias entre el valor neto de las
compañías del índice Standard & Poors 500 y su capitalización bursátil, lo
que dio pie a preguntas que a día de hoy todavía discutimos y cuyas respuestas
distan mucho de ser definitivas:
¿Qué papel juegan las marcas en la valoración de una
compañía?, ¿Cómo debemos medirlas?
De
acuerdo al único y muy reciente standard del sector (la norma ISO
10.668:2010), para valorar correctamente una marca deben
realizarse tres tipos de análisis: uno legal, otro decomportamiento y otro financiero. Esto supone incluir en el
análisis el nivel de protección de la marca a escala global, el atractivo del
mercado en el que opera, las tendencias a las que está sujeta, el nivel de
competencia…, es decir, realizar un due diligence, al que además habría que
sumarle un análisis sobre el efecto de la marca y su comportamiento en la
decisión de compra y las diferentes actitudes de clientes, empleados,
accionistas y la sociedad en su conjunto hacia esta.
La norma define de manera
bastante breve los principios a seguir en un proceso de valoración de marcas.
Es un compendio de las mejores prácticas, que sin embargo, evita
deliberadamente especificar pasos concretos a seguir, con lo que el resultado
final de la misma valoración variará significativamente en función de los
criterios y asunciones que considere cada evaluador.
Por
el momento, solo dos de los principales proveedores de servicios de valoración
de marcas han obtenido el certificado ISO: La primera en obtenerlo fue Interbrand,
(perteneciente al grupo Omnicom), y también lo ha recibido la consultora
independienteBrand
Finance. Aún así, echando un vistazo a cualquiera de sus
rankings anuales, podemos comprobar que los resultados de sus valoraciones no
tienen nada que ver. Esto se debe, a que aún siguiendo el mismo standard de
valoración, cada consultora desarrolla un método propio. De aquí, puede
extraerse, que la valoración de las marcas, nunca tendrá una precisión
absoluta, pues los análisis, están sujetos a tantas subjetividades como
apartados a analizar.
Al rojo vivo: El caso Santander
En
septiembre del año 2009, en la presentación del acuerdo de patrocinio del banco
Santander con la escudería de Formula 1 Ferrari, el presidente del banco,
Emilio Botín afirmó que “la Formula 1 se ha puesto al
rojo vivo”. La acción cotizaba al alza después de
recuperarse de la caída sufrida por todas las bolsas en marzo de ese mismo año,
donde el valor de la acción del banco, descendió a niveles que no se
registraban desde 1.997.
Hoy,
con Alonso liderando el mundial, lo que de verdad está al rojo vivo es el valor
de la acción, que ha caído otra vez al nivel de febrero
de 1.997, y con la coyuntura en la que estamos, no hay expectativas alcistas a
la vista.
Desde la celebración de su
150 aniversario en el año 2007, el banco Santander ha acometido uno de los
procesos de branding global más ambiciosos y de mayor éxito de la historia
reciente de las marcas: el Plan Estratégico Global de Imagen de Marca
2007-2010.
Con
el objetivo de potenciar la notoriedad y el posicionamiento internacional del banco, el Santander se embarcó en
su primera campaña de branding a nivel global, pivotando sobre el patrocinio de
la escudería McLaren y la copa Libertadores como vértices rectores de su
estrategia. A la vista de los espectaculares resultados alcanzados en ratios de
notoriedad, crecimiento, captación de clientes, retorno de la inversión en branding y comunicación(5×1 en F1 y 4×1 en futbol según fuentes
internas del banco) y teniendo en cuenta que ha conseguido situar al banco
entre las 10 primeras marcas del sector financiero internacional (4ª según
Brand Finance en su ranking de 2012), choca un poco, que su valor como marca
haya caído a niveles inferiores a los registrados antes de iniciar su plan de marca en
dos de los tres rankings a los que aluden en la página 27 de su último informe
anual.
¿Significa esto que los
ingentes esfuerzos del equipo de marketing corporativo y branding del banco no
han servido de nada? Monetariamente, según los rankings sí. Realmente, según el
sentido común, no. Aquí es donde entra en escena la subjetivad de los
analistas. ¿Qué factores han primado para llegar a tales números?, ¿se han
tenido en cuenta que los resultados del último año estaban influidos por una
dotación extraordinaria a previsiones? ¿Se les ha olvidado la notoriedad que ha
ganado la marca en estos últimos años? ¿Tal vez han sobreestimado la reacción
negativa del 50% de los fondos a la continuidad de los cargos del consejo?..
Eso solo lo saben los que han elaborado los rankings.
Como afirmé al comenzar el
artículo, el valor de una marca nunca se conoce con precisión hasta que no se
vende. Los rankings que elaboran cada año las consultoras que aparecen en el
cuadro, tienen su valor, pues aportan una visión general que permiten realizar
comparaciones entre marcas en base a distintos criterios.
Lo más importante a la hora de estimar el valor de
una marca es conocer en qué medida contribuye al éxito del negocio.
En el caso del Santander, el
valor de la marca no se conocerá con precisión hasta que los chinos o los árabes
no se decidan a dar el paso y lancen una OPA, algo que inevitablemente veremos
dentro de unos años.
6.- Capital de marca
El
capital de marca (Brand equity)
responde a la pregunta: ¿A quién le gustas?
El capital
de marca es el
valor (positivo o negativo) que una marca añade a los productos o servicios de
una organización. Está formado por todas las asociaciones y expectativas que
las personas tienen sobre una organización y sus productos y servicios, como
consecuencia de sus percepciones y experiencias con la marca a lo largo del
tiempo. Es un componente intangible que da a los consumidores una razón para
preferir los productos y/o servicios de ciertas marcas a las alternativas ofrecidas
por los productos y/o servicios de otras marcas que también conoce.
Cuando hablamos de capital de
marca, nos estamos refiriendo al valor inherente que acompaña a una marca
reconocida, a través de la percepción de superioridad que el consumidor tiene de
la misma.
El
capital de marca, por tanto, responde y justifica la existencia y preferencia
por una marca y se mide a través del valor asignado a la misma. Este valor
puede expresarse de dos maneras, que están directamente relacionadas. La
primera, parte del punto de vista del consumidor, y
está basada en la suma de todas las asociaciones positivas y negativas que
los consumidores mantienen con respecto a una marca. Si estas asociaciones son favorables,
resultarán en un alto nivel de capital de marca desde la perspectiva del
consumidor. En el caso de resultar negativas, conducirán a un bajo nivel de
capital de marca en la mente de los consumidores.
La
segunda, se centra en el punto de vista de la organización,
esto es, cuando la suma total del capital de marca desde la perspectiva del
consumidor se traslada a un activo intangible representable en la cuenta de resultados.
Esto es habitualmente considerado como el valor de marca. Forma parte de los
activos de la organización y a menudo se muestra como el incremento de los
flujos de caja que acumula una compañía como consecuencia de las inversiones
realizadas en su marca. Es la suma de todo el poder que una marca posee y
exhibe. Sin embargo, capital de marca y valor de marca, son conceptos
diferentes, en el sentido de que el capital de marca es un concepto subjetivo que se basa en
las percepciones del consumidor, y el
valor de marca, es un concepto financiero basado en el uso económico y la
fortaleza de la marca en el mercado.
El capital
de marca se
mide en función tanto de la estructura de propiedad de la organización, como de
su arquitectura de marca. Cuando las marcas forman parte de un conglomerado,
su capital de marca las afecta a nivel individual y a nivel de conglomerado.
Por ejemplo, Gillette (P&G) y Frigo (Unilever), son marcas que tienen un
alto capital de marca que transfieren a las marcas de sus conglomerados, pues
los ingresos que generan cada una de ellas se reflejan en las cuentas de
resultados de sus respectivos grupos.
Cada
una de las marcas de P&G y Unilever, tienen distintas personalidades y
posicionamientos, y por tanto, distintos niveles de capital de marca, con los
que contribuyen al capital de marca total de sus conglomerados. Aunque las
marcas son individuales e independientes, están en última instancia
relacionadas, porque colectivamente, afectan al valor de sus conglomerados, a
su estatus como marcas corporativas y al precio que se paga por cada una de sus
acciones en el mercado bursátil. Las implicaciones, son muy claras: a
mayor nivel de capital de marca, mayor peso de los intangibles en el balance y
mayor valor para el accionista.
Comprender
la importancia de medir correctamente el capital de marca, mediante la
selección de los indicadores más adecuados para cada categoría (imagen,
conciencia,posicionamiento,
familiaridad, fidelidad, satisfacción, recomendación, conexión emocional,
relevancia…) es esencial para calcular el valor financiero de la marca, como
veremos en el siguiente post.
El reto para los
conglomerados es cultivar adecuadamente cada una de las marcas de sus carteras,
para asegurar su continuo crecimiento. Con frecuencia, las marcas recurren a
tres estrategias de base:
1. Reinvención de los
procesos de interacción con sus clientes.
2. Comunicación de una
diferencia relevante frente a la competencia.
3. Aumento de la conexión
emocional con sus clientes a lo largo de diferentes puntos de contacto.
Como
en cualquier elemento del branding,
las personas son decisivas en el desarrollo del capital de marca. El poder de
una marca reside en las experiencias que las personas mantienen con la misma,
y en su consiguiente conexión o desconexión emocional. Esto influye en las
percepciones que tienen de la marca, al estar compuestas estas de sentimientos,
pensamientos, imágenes, opiniones, creencias, emociones y asociaciones. Esto
implica que las marcas generan un capital de marca positivo desde la
perspectiva del consumidor cuando son favorablemente vistas por este y negativo
cuando sucede lo contrario.
En
síntesis, podemos confirmar que el capital de marca es un concepto dinámico que funciona
como las relaciones personales. Las actividades de
construcción y desarrollo de marca que se van erigiendo estratégicamente a lo
largo del tiempo, contribuyen a mantenerlas vivas a través de la consistencia,
la confianza y la conexión emocional. Si por cualquier motivo estas actividades
disminuyen o empeoran, las relaciones se resienten, y el capital de marca se
reduce. Recordar esta simple analogía nos ayudará a mejorar continuamente las
relaciones con los clientes y a no dar por sentado el poder de nuestras marcas.
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